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Plata, el metal que forjó la historia de México

La plata es uno de los metales más comunes en el país y nos ha acompañado desde los comienzos de nuestra historia

Por Sebastián Zelaya

Cuando ya se había consumado la conquista, los españoles se dedicaron a recorrer México en busca de las minas de oro y plata con las que tanto habían soñado y por las que habían venido hasta aquí. A mediados del siglo XVI encontraron las minas de Zumpango y Taxco, y el virrey mandó a hacer la primera casa de moneda (en la calle a la izquierda de Palacio Nacional).

Aunque ya se utilizaba en tiempos prehispánicos, el siglo de la conquista vio “la fiebre de la plata” en México, en donde se aprovechó durante el barroco para hacer desde peines y cubiertos, hasta piezas para los altares de las iglesias. La sociedad novohispana quiso presumir que había mucha plata y que sabían hacer cosas bellísimas con ella; todos los estados, incluso en donde no había minas, desarrollaron artesanías propias utilizando dicho metal.

Durante los tres años que pasaron Maximiliano y Carlota en México, la emperatriz coleccionaba aretes de filigrana de plata mexicana y el emperador llevaba espuelas de plata de Amozoc a juego con su traje de charro bordado con hilos plateados.

La platería nunca ha dejado de ser importante para México y siempre ha sido parte de su vida económica (somos los productores número 1 en el mundo); en los años 30, la popularidad de la plata explotó. De pronto las monedas mexicanas valían más como objeto que como moneda de cambio y algunos mexicanos no perdieron el tiempo para fundirlas y vender la plata en lingotes.

Con la gente del país literalmente fundiendo el dinero nacional, la economía sufrió y se empezaron a producir monedas de mezclas de plata con otros metales. Las últimas monedas de plata pura salieron en 1977, pero el material, comercializado en joyas como las de la legendaria marca TANE y otros productos, siguió siendo significativo para el país: tan solo en los primeros 3 meses del 2018, las ganancias de la industria de la plata mexicana superaron los 68 millones de pesos.

Nadie cuestionaría que la plata no sólo ha sido importante para la historia de México, sino que, además, se ha convertido en uno de nuestros símbolos nacionales por las cantidades que poseemos y por saber trabajarla tan bien.

Los mexicas la llamaban iztateocuitlatl, que en español significa literalmente “oro blanco” (iztac – blanco; teocuitlatl – oro) porque el náhuatl no le concedió un vocablo propio, pero lo que es un hecho es que la plata mexicana tiene valor propio y nunca ha necesitado del oro para brillar.