En las altura de un tacón
Los zapatos de tacón subrayan la moda como uno de los inventos más cambiantes y relevantes de la historia
Nuestra diva María Félix decía que la elegancia se lleva en la planta de los pies. La frase quiere decir que para ser elegante hay que caminar bien, pero la verdad es que La Doña también se refería a los zapatos y si hay un tipo de calzado que ha sido ícono de la historia de la moda son los tacones. Estos zapatos tienen una historia fascinante que nos lleva en un viaje a hace más de un milenio y hoy la vamos a conocer.
Hubo zapatos con plataforma desde el mundo de los griegos, en donde los actores los usaban para notarse más sobre el escenario, sin embargo, se cree que la historia de los tacones como tal comienza sólo 900 años después del nacimiento de Jesucristo; en Europa del Este, al calzado tradicional se le agregó un tacón cuadrado porque ayudaba a mantener los pies dentro los estribos al montar a caballo por lo que, primero que nada, fueron una prenda funcional y exclusiva para hombres.
En el siglo XVI aproximadamente, llegaron los tacones de España (o de los países del este) a Inglaterra y pintaron a la reina Isabel I usándolos, y así se convirtió en la primera usuaria documentada de los tacones europeos en todo el mundo. Obviamente, poco después, los tacones se establecieron como los zapatos de moda y prácticamente obligatorios para la gente de cierto nivel. De este siglo en adelante, los tacones siguieron siendo virtualmente unisex y solamente se hicieron más grandes y toscos en diseño para los hombres, y más pequeños y femeninos con tacones más delgados para las mujeres.
Al final de las épocas de María Antonieta, los hombres por fin decidieron que los tacones eran demasiado incómodos y que eran un capricho de las mujeres. Finalmente cayeron en desuso para ellos. Curiosamente, también las mujeres los dejaron de usar porque, durante la revolución francesa, los tacones se consideraban un símbolo de la riqueza y la frivolidad rococó en la que vivía la monarquía y por eso los burgueses, que ya se movían hacia el neoclasicismo republicano, empezaron a usar zapatos totalmente planos. Además, esta moda la terminó de popularizar la emperatriz Josefina, esposa de Napoleón I que usaba flats todos los días y hasta en sus retratos oficiales.
Nadie se hubiera imaginado que luego de haber sido inventados por y para hombres, y después de su breve olvido durante el siglo XIX, estos zapatos hubieran tenido la explosión de popularidad que tuvieron en el siguiente siglo, porque durante el XX se viralizaron gracias a las pin-ups de los 40 que fueron íconos de la feminidad que se había perdido durante la segunda guerra, y su comprensión, uso y posibilidades de diseño se multiplicaron; en poco tiempo los tacones se volvieron un artículo casi indispensable para las mujeres y que, hoy en día, sigue evolucionando junto con los géneros, la tecnología y el estilo de vida del siglo XXI.