Juguetes mexicanos que todo niño quiere (y debería) tener
El diseño industrial mexicano innova para divertir y educar a los niños del siglo XXI
Por Sebastián Zelaya
México se desborda de folclor por donde quiera que lo veas y los juguetes no son la excepción. Las tablitas, los baleros, los trompos, los luchadores y las icónicas Marías, todos cubiertos de colores, fueron los juguetes con los que crecieron los niños para los que la diversión era jugar con sus primos en la calle, jugar a las canicas y llenar tableros de lotería con frijolitos, pero el hecho es que los tiempos han cambiado y con ellos el diseño y, sobre todo, la forma en la que se divierten los más chicos.
Esos juguetes tradicionales que parece se han olvidado ante el embate de los videojuegos, surgen de nuevo, pues los niños no quieren estar con las manos desocupadas: la necesidad de texturas y formas sigue presente. En esta década, los diseñadores industriales del país se han dado a la labor de crear juguetes nuevos que satisfagan las curiosidades y necesidades de los niños de hoy, pero lo han hecho con una gran sensibilidad. Algunos hacen homenaje a los juguetes mexicanos tradicionales y a las culturas prehispánicas, mientras que otras son creaciones totalmente modernas. Te dejamos 5 ejemplos de juguetes mexicanos de autor.
Tixinda
Es la marca pionera de los art toys mexicanos y sus figuras prehispánicas con chaquiras al estilo huichol son increíblemente populares en Japón. Además hacen libretas, tazas y otros accesorios.
Jati
Entre otras cosas, la marca crea rompecabezas súper coloridos con motivos prehispánicos como águilas y serpientes.
Pichoniza
Crea versiones modernizadas de las muñecas de trapo, pero con personajes de mujeres eminentes como Sor Juana Inés de la Cruz y Frida Kahlo.
Rami de Lupe Toys
Es un sistema de construcción inspirado en las ramificaciones de árboles mexicanos para crear construcciones infinitas.
Ollin
Es el sistema de construcción de animales ganador del premio Braun 2012 en Alemania, creación del mexicano José Gilberto González Méndez.