Los reyes de la subasta
Rivera y Kahlo son, hasta ahora, los artistas latinoamericanos por los que más se ha pagado en una subasta internacional
Por Sebastián Zelaya
Para entender el descontrolado amor por Diego Rivera y Frida Kahlo en el mundo, hay que ver más allá de los personajes: Frida fue una mujer que sufrió terriblemente, pero que amó la vida y que supo y pudo usar el arte para hablar de ella de manera catártica y con pocas pretensiones, por eso sus cuadros son viscerales y profundamente sinceros; Diego Rivera fue el artista más completo que ha tenido el país, perfectamente académico al principio y luego maravillosamente vanguardista; nacionalista, pero admirativo de otros países de donde introdujo innovaciones estilísticas en México.
Diego siempre fue celebrado, pero a Frida sólo se le reconoció por su trabajo en los 70, cuando se comenzó a cuestionar la exclusión de mujeres del canon artístico. Su popularidad creció como la lumbre; pronto había una película y ya eran estrellas internacionales.
Inevitablemente, la fama de Frida y Diego pronto se vio reflejada en el alto mercado del arte. Aunque el primer cuadro de Kahlo en una puja se vendió por sólo 19 mil dólares en 1977, para 1990 se rompió la barrera del millón cuando se vendió ‘Diego y yo’ en Sotheby’s por 1.43 millones de dólares. Por su parte, en 2018 Christie’s vendió por 9.76 millones el cuadro ‘Los Rivales’, de la colección privada de los Rockefeller. Esta pintura superó el récord mundial de artistas latinoamericanos que Frida había logrado en 2016 con su cuadro ‘Dos desnudos en el bosque’, al venderse en 8 millones, también en Christie’s.
En 2016, el cuadro monumental ‘Baile en Tehuantepec’ de Diego Rivera se vendió en privado por 15.7 millones de dólares a un coleccionista argentino. Este es el precio más alto alcanzado por un latinoamericano dentro o fuera de una subasta.
Desde 1984 las obras de Diego y Frida son patrimonio nacional de México y es un delito exportarlos. Por eso es rarísimo que sus cuadros salgan a la venta en subastas; todos los que están fuera de México y que llegan a venderse, ya habían salido del país antes de ese año.
Algunos compradores han esperado hasta dos décadas -sin ninguna garantía- para que un cuadro en particular vuelva a estar en venta.
Sobra decir que Frida Kahlo y Diego Rivera son íconos del arte, de la moda, del individualismo, del nacionalismo y de México en sí. Gracias a ellos, el día de hoy los museos más importantes del mundo, como el Musée de l’Orangerie de París, no dudan en prestarnos Picassos, Cézannes, Modiglianis y Monets ante la oportunidad de tener en sus propios recintos los retratos simbolistas de Frida o el cubismo mexicano de Diego Rivera.
Frida no es Salma Hayek y Diego no es el esposo de Frida. Cada uno es un artista extraordinario por su propio mérito y dos de los más buscados en el mercado internacional del arte. Orgullosos símbolos del talento creativo de nuestro país.