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Una catedral para Tampico

En esta ciudad de Tamaulipas se encuentra una de las catedrales más coloridas y hermosas del país

Por Sebastián Zelaya

El día 9 de mayo de 1841 se colocó la primera piedra de la Santa Iglesia Catedral de Tampico en la actual Plaza de Armas del Centro Histórico. Esta iglesia es la sede de la diócesis de Tampico y, además de ser bellísimo, es un ícono de la ciudad.

De estilo totalmente ecléctico, es una obra del arquitecto Lorenzo de la Hidalga y es una prueba del paso de los años y de los estilos decorativos por nuestro país. Su fachada es neoclásica, acorde con la época en la que se creó; tiene un frontón muy amplio y tres puertas flanqueadas por columnas pares estriadas en estilo corintio. Se comisionó al artista tamaulipeco José Luis Diez un mosaico para el frontón que representa al Cristo Pantocrátor y otras escenas con el primer evangelizador del lugar, Fray Andrés de Olmos y los indígenas del estado.

En 1917 se derrumbó la nave central y en 1922 un rayo destruyó una de las torres y mucho de la catedral se tuvo que reconstruir por lo que, en realidad, no queda tanto de lo originalmente construido por el arquitecto de la Hidalga.

Por dentro, la catedral tiene tres naves o pasillos largos -uno central y dos a cada lado- que forman una cruz latina, uno de los diseños típicos de las catedrales. Por la fecha de los derrumbes, la remodelación total de los interiores coincidió con el estilo Art Déco de los 20 y ya no queda prácticamente nada del interior original. Sin embargo, sí se conserva el mosaico original de las cruces gammadas, lo que generalmente conocemos como esvásticas. Estos símbolos, antes de obtener su controversial significado político, eran cruces que representaban ideas como prosperidad, gloria y seguridad en algunas culturas asiáticas, y que luego se adoptaron al cristianismo. Las esvásticas, además de su significado original, son una característica decorativa interesante y poco común en México y, por eso, durante los 90, se votó sobre si se deberían retirar, pero el pueblo tampiqueño las salvó y ese mosaico todavía decora el suelo de la catedral.

El retablo, uno de los elementos más importantes del edificio, se realizó en mármol de Carrara por los hermanos italianos Biagi. Además, el órgano del coro fue traído desde Alemania durante el siglo XIX.

Con más de un siglo y medio, la catedral de Tampico es un monumento que narra la historia del catolicismo, de la arquitectura y del arte en nuestro país. Imponente y a la vez discreta, esta edificación es una prueba orgullosa de la capacidad creativa de los mexicanos, de la riqueza de nuestra historia y es un tesoro más de nuestro país.

Con los eventos de DMX32 a sólo unas semanas, aprender sobre el increíble estado de Tamaulipas nos emociona e inspira. ¡No podemos esperar a llegar a Reynosa!