5 tips para lidiar con tu jefe que se siente Miranda Priestly
Aunque amamos su personaje, encontrarse con alguien como ella en el trabajo puede ser muy estresante
Por Analuz Rodríguez
Ver a Miranda Priestly en pantalla es una cosa, pero tener a alguien como ella en la oficina es otra completamente distinta. Si es tu caso, siempre hay una salida fácil: renunciar. Pero si dejar tu trabajo NO es una opción, sea cual sea la razón, te dejamos algunos consejos que podrían ayudarte a que el tiempo que pasas con tu jefe sea más llevadero:
1. Intenta conocerlo mejor
Con esto no nos referimos a que le invites unas copas o que te esfuerces demasiado por pertenecer a su grupo de amigos, sino que trates de entender un poco su personalidad. Bastará con que observes cómo actúa con los demás e incluso cómo habla para que te des cuenta de que, probablemente, no tiene nada en contra de ti y simplemente es así con todos y hay que adaptarse al igual que el resto para que tus días en la oficina sean mejores.
2. Evita ser reactivo
Los y las jefes con el Síndrome de Miranda Priestly suelen tener aires de superioridad (por no decir huracanes). Ante tal circunstancia, evita actuar o responder de alguna manera que te pueda traer consecuencias graves. O sea, si ya sabes cómo es, dale por su lado y cumple con tu trabajo.
3. Sonríe
En caso de que ya no tengas ni la más mínima idea de cómo responderle a sus comentarios poco asertivos ni a sus órdenes sin sentido, sólo sonríe. No tienes que decir nada que no quieras y tampoco alimentar su inflado ego. Si crees que sonreír no es algo que te salga muy bien cuando no es natural, bastará con que asientas con la cabeza y tu jefe captará el mensaje.
4. No te creas todo
Volviendo al hecho de que los jefes de este tipo pueden ser realmente duros y hasta ser crueles, debes tener bien claro quién eres tú. No permitas que sus comentarios te afecten y mucho menos dejes que su simple presencia te arruine un día de trabajo que podría ser maravilloso. Si tú tienes claro de lo que eres capaz, si te auto-analizas a ti y tu trabajo, lo que has hecho bien y en lo que la has regado, no habrá manera en la que tu jefe ni ningún colega te haga sentir menos.