Con mirada de modisto, nuestro más talentoso vestuarista vistió a México desde la pantalla del cine
Por Sebastián Zelaya
Durante la época de oro de Hollywood hubo un fenómeno particular: la inventora del vestuarismo cinematográfico Edith Head –diseñadora de Audrey Hepburn, Grace Kelly y Katherine Hepburn– se convirtió en la diseñadora de moda más influyente del momento pues, sin internet, las películas eran el medio de difusión de tendencias más importante en Estados Unidos y las divas del cine se convirtieron en íconos totales de moda. Head hacía vestuario, pero sabía muy bien que sus creaciones dictaban el estilo de la mujer americana.
En México, a su equivalente, el diseñador, escritor y actor Armando Valdés Peza, lo contrataban para diseñar el vestuario de su primera película “Yo bailé con Don Porfirio” en 1942. Sólo cuatro años después, Emilio ‘El Indio’ Fernández le daba el ‘sí’ para vestir a María Félix y Jorge Negrete en el filme “El Peñón de las Ánimas” y luego en “Enamorada”.
De ahí en adelante, Valdés Peza se convirtió en el diseñador preferido y amigo personal de Dolores del Río y la Doña, quién lo llevó a Europa con ella para tener sus diseños siempre a su disposición. Se puede decir que Armando introdujo y entrenó en María Félix el gusto por la ropa elegante, que después la llevaría a convertirse en cliente frecuente de las casas Dior y Hermès.
En nada menos que 97 películas, Armando Valdés Peza, junto con el genio de ‘El Indio’ y del cinematógrafo Gabriel Figueroa, consolidó al cine mexicano como una manera de captar y difundir los valores, identidad y estilo nacional con el mismo poder que los murales de Rivera o las novelas revolucionarias de Mariano Azuela o Martín Luis Guzmán. Además, las creaciones de Valdés Peza tuvieron el mismo efecto en Hispanoamérica que las de Edith Head en Hollywood: como él vestía a María en sus películas y en su vida (le diseñó el vestido de novia que llevó en su boda con Jorge Negrete y otros atuendos para sus viajes), así era el estilo con el que las latinoamericanas soñaban. María Félix y Eva Perón imponían moda.
Entre otras cosas, escribió para El Universal en la sección “Crónicas de México” reseñando los eventos sociales de las clases altas desde su postura de socialité, pero fue a través de sus películas que Armando Valdés Peza hizo su mejor trabajo. Ayudando a María Félix a convertirse en el ícono que las mexicanas querían emular y que todo el mundo admiraba, ayudó a establecer a México, junto con otros maestros como Ramón Valdiosera, como un país en el que el estilo y la elegancia internacional eran el pan de cada día de los mexicanos.