La Plaza del Sol es la memoria de una tumultuosa década y del progreso comercial de nuestro país
Visitar centros comerciales de la Ciudad de México como Antara o Arcos Bosques es un recordatorio de la presencia de nuestra capital como punto clave del comercio en la industria de la moda internacional -además de ser hitos de la arquitectura contemporánea-.
La importancia del centro de Guadalajara como lugar de comercio dio lugar a la idea de crear un centro comercial que imitara los que ya existían en Estados Unidos. Al principio la gente se mostró escéptica, se creía que era una idea vana y con poco futuro. ¡Qué equivocados estaban!: la Plaza del Sol se convirtió en el primer centro comercial real de México y dio entrada a muchos otros proyectos de este tipo, de los cuales destacan Perisur y Centro Comercial Santa Fe, ambos íconos de nuestra ciudad.
Sus puerta abrieron en noviembre de 1969 y poco a poco la zona se consolidó como la de mayor atractivo y mejor ubicación. Hoy en día la famosísima Plaza del Sol sigue siendo querida por muchos tapatíos, quienes la aprovechan como un punto familiar de reunión.
La Plaza del Sol (que se llamó así por indecisión entre los nombres ‘Centro Comercial del Sol’ y ‘Centro Comercial Plaza’) es la razón por la que en México le llamamos “plazas” a los centros comerciales, a pesar de que no es estrictamente correcto. De esa magnitud fue el impacto social de esta obra que representó un avance importante en el comercio y que llevó a México a la modernidad de las compras.
Muchos momentos se han dado en esta historia de los centros comerciales, pero hoy día la mayoría de la gente se la vive en tiendas como Burberry y Uterqüe, y eso es evidencia de que la sociedad de Jalisco aún gusta de congregarse y exhibir la fina estampa de caminar por las plazas como comenzaron a hacer ellos, antes que nadie, durante los fundamentales años 60.