Los relevos del arte mexicano

José Dávila, Guillermo Arreola e Iván Puig son tres artistas que llevan el legado del arte mexicano al siglo XXI

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Por Sebastián Zelaya

A México se le conoce en el mundo por muchas cosas y dentro del la larga lista de aquellas que nos enorgullecen como pueblo, está el talento innato de los mexicanos para crear arte en muros, piedras y lienzos. Nuestra historia es una de mestizaje entre la cultura hispana y cientos de culturas indígenas que desde antes de la conquistas habían creado imaginarios e iconografías complejas. Éstas recibieron a las españolas para complementarse entre ellas y formar las bases de la cultura Novohispana -luego Mexicana- y que le ha regalado al mundo algunos de los ejemplos más increíbles de la capacidad creativa y espiritual de los humanos

De Cristóbal de Villalpando a Gunther Gerzso, México se ha construído una reputación artística a la que sólo le quedan los calificativos más brillantes y mágicos. Hoy en día nuestros artistas nacionales tienen la labor de honrar este legado y, sobre todo, darle vida nueva para que continúe y podamos decir, con mucha tranquilidad, que ese estandarte está en muchas y muy buenas manos. Hoy te presentamos a tres de ellas.  

José Dávila

Nacido en Guadalajara en 1974, José Dávila es un artista al que le preocupa la relación de los espacios con los elementos que los habitan, ya sean personas u objetos. Por ello su obra, a veces monumental y siempre conceptual, se centra en la escultura y en la instalación, coqueteando con dicotomías como resistencia y fragilidad o el orden geométrico y el caos aleatorio.

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Dávila utiliza objetos de naturalezas opuestas -materiales industriales con materiales orgánicos- y dispone de ellos como hace un artista con los elementos básicos del dibujo, así una piedra es un punto, una viga es una línea y un espejo es un plano, creando obras que permiten al observador contemplar nociones como el equilibrio, la permanencia o la estabilidad.

Su trabajo se ha presentado en el MOMA PS1 en Nueva York y está en las colecciones privadas del Pompidou en París y el Reina Sofía en Madrid.

Guillermo Arreola

Guillermo Arreola, originario de Tijuana,  ha dedicado su vida al arte: al arte de las letras como escritor, al arte de los idiomas como traductor y al arte de las imágenes como uno de los pintores más interesantes del país. Su obra es abstracta a simple vista, pero a mayor observación comienza a surgir algo más concreto que se ha descrito como neofigurativo.

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Sus trazos recuerdan a Egon Schiele, sus figuras fantasmales a Bacon y sus colores a Tamayo, los cuadros en sí vienen de un lugar onírico que es mexicano y de un primitivismo muy personal que sólo puede surgir de las profundidades de la mente del artista. Guillermo ha tenido más de 20 exposiciones individuales en México, Los Ángeles y San Francisco; tiene dos libros publicados y sus poemas y cuentos están en diversos medios nacionales y extranjeros.

Iván Puig

Las obras de Iván Puig, que son sobre todo instalación y trabajo digital, se enfocan en mostrar el “poder transformador del arte” a través de temas políticos y sociales presentados de manera explícita o simbólica, con la intención de que el espectador cuestione lo que cree saber o estar viendo.

Puig se vale de objetos simples y referencias de la cultura pop para producir obras que son simples en apariencia pero que contienen mensajes significativos. Además, la fotografía juega un papel importante en su trabajo, pues cuando no han sido instalaciones, sus obras se muestran como imágenes que visualmente son tan poderosas como sus conceptos y han impactado en ferias de arte en México, Estados Unidos y España.