Más allá del Palacio de Bellas Artes y la Basílica de la capital, en la ciudad hay una larga lista de edificaciones que fueron testigos de momentos históricos para el país. Aquí encontrarás algunos de ellas
Por Sebastián Zelaya Cervantes
¿Alguna vez te has puesto a contar cuántos edificios y monumentos increíbles cruzas cada vez que te paseas por la Juárez, la Roma, Polanco, Santa María la Ribera o el Centro Histórico? Sin duda, nuestra arquitectura es un testimonio de la historia de la ciudad y el país entero.
En el siglo XVI los conquistadores mandaron cartas al rey de España describiendo la maravilla que era Tenochtitlan; a principios del XIX, Alexander von Humboldt describió la Nueva España como “la ciudad de los Palacios” y en 2018 el mundo sigue fascinado con la diversidad y riqueza de la historia arquitectónica de la Ciudad de México, que es mucho más que el Palacio de Bellas Artes y la Catedral. Te invitamos a conocer y visitar los maravillosos emblemas de nuestra capital.
El Barroco
El Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas es un edificio barroco que albergó el primer colegio laico para mujeres en la ciudad (ahí estudiaron la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez y siglos después la actriz Sara García). Este es uno de los edificios más antiguos e históricos de la ciudad y así empieza nuestro recorrido de los emblemas de la CDMX.
La Belle Époque
Brincando hasta finales del siglo XIX, el porfiriato vió la creación de la residencia de la familia Rivas Mercado en la colonia Guerrero: un fabuloso capricho ecléctico que en el mundo actual está recién reconstruido. A unas cuadras, en Santa María la Ribera, se construyó una colosal estructura de metal, calculada por el mismísimo Gustave Eiffel, que hoy es el Museo Universitario del Chopo, sitio de visita imperdible.
Los años 30
Después, durante los años 30 el art nouveau y el art déco llegaron a la ciudad produciendo edificios como el Balmori en Álvaro Obregón -que en su tiempo albergó un famoso cine del mismo nombre- y el edificio Basurto en la colonia Hipódromo, un ícono de la elegante transición de los dos estilos decorativos, hoy moribundo y con incierto destino tras el más reciente terremoto.
En Polanco comenzaba un proyecto de desarrollo urbano que se vio marcado importantemente por el estilo colonial californiano. Uno de los mejores ejemplos es el edificio del Pasaje Polanco, un desarrollo residencial y comercial con grandes muros blancos y curvados rematados en cantera rosa y detalles en rojo ladrillo. Edificio digno del West Hollywood de los treinta.
Vestigio de una época
En la posguerra surgió el Cine Ópera, casi un monumento a la Época de Oro del Cine Mexicano. El edificio de 1949 hoy está abandonado y en ruinas, pero su increíble arquitectura futurista en la fachada y rococó en los interiores está hechizada aún por los espíritus de Dolores del Río, Pedro Armendáriz y María Félix.
Lo moderno
Finalmente, en 1996 la Ciudad de México vio nacer el desarrollo Arcos Bosques de Teodoro González de León y J. Francisco Serrano. La estructura principal rápidamente se comenzó a conocer como “El Pantalón” y se convirtió en un símbolo del modernismo en México y del talento de nuestros arquitectos nacionales.