Una de las grandes debilidades del mundo es el chocolate y una investigación reciente te da un motivo más para amarlo.
Por: Alfonso Gallardo
El chocolate es la gran debilidad de la mayoría de las personas y resulta irresistible desde su inconfundible aroma, pero este se ha asociado con distintas propiedades benéficas en los últimos años y ahora nos sorprende con un beneficio que nos hará amarlo incluso más.
Nació en la antigua Mesoamérica y era utilizado en una bebida utilizada en rituales religiosos de la cultura Olmeca, aunque lleva ya centenarios siendo un producto global e ingrediente de infinidad de recetas y golosinas, aunque desde sus orígenes se sabía que el chocolate era especial y esa premisa se mantiene hasta el presente 2020.
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Pros y contras son las que se asocian al consumo del chocolate, desde el cuidado de la figura hasta el alto contenido de calorías que, preferimos evitar pero otros rubros buscan aprovechar al máximo, como la comida militar europea que dota de calorías vitales a los soldados y es parte fundamental de la dieta de estos, pero la ciencia avanza y nos arroja más beneficios del chocolate que durante muchos años pasaron desapercibidos.
Keris Marsden es una reconocida nutricionista y entrenadora que siempre ha buscado explotar al máximo las bondades de los productos derivados del cacao y que ha catalogado al chocolate como pieza fundamental de sus rutinas de entrenamiento, pero no sólo por la energía que otorga, al contrario, porque es excelente para la producción de hormonas del sueño, las responsables de que caigamos perdidos cada noche.
“El chocolate puede ser un recurso esencial para el cuerpo, ¿no lo parece? Es una de las cosas que he practicado casi todos los días desde que lo aprendí, no hay día que no haya comido chocolate. Aumenta la serotonina y ella es la encargada de ayudarte a conciliar el sueño por la noche”, comentó Marsden.
Es muy bien conocido el fundamental papel del sueño en nuestra salud, por lo que padecer del mismo trae siempre nocivos efectos a nuestro bienestar y comportamiento y el producir las hormonas necesarias para dormir es un sistema complejo que también explicó Keris.
El cortisol nos despierta por la mañana, y después le pasa el testigo a la melatonina, que te ayuda a dormir. Todas las hormonas se comunican entre sí. La insulina, que regula la energía y el azúcar en la sangre durante el día, afecta al cortisol y la melatonina. Entonces, lo que comes, cuándo comes y también cómo comes, puede afectar tus hormonas.
Ahora lo sabes, consume chocolate cada noche para que puedas tener un sueño íntegro y vayas feliz a la cama y sin remordimientos, porque las calorías se pueden quemar, pero recuperar el sueño es mucho más complejo.